Prólogo
Es una selección poética de arreglos
musicales de distintos géneros como valses, marchas fúnebres y militares,
pasodobles, danzas, sinfonías, poemas sinfónicos, canciones y por supuesto
música académica del maestro Don Laudelino. La interpretación literaria
artística que hace el profesor Medina se convierte en otro clásico de glosa,
para la cultura musical de Trujillo, que a la vez es un viaje por sus montañas,
ríos, pueblos, casas, instituciones, hombres y mujeres que inspiraron al poeta
sinfónico a esculcar entre las musas o diosas de este arte.
Este reencuentro entre las partituras y
la escritura es un caudaloso manantial de palabras hermosas, en donde se evoca
al recuerdo, al amor, la novia, el hijo, la patria chica. También se encuentran
el dolor, el pesimismo, la esperanza, la alegría, aunque parezca
contradictorio. Pero recordemos que es un encuentro de poetas vistos por el
tiempo alterados un poco por la imaginación y eso es normal. Hijos de la Tierra
de María Santísima de la Calle Arriba cerca de donde está la sultana musical de
Los Andes, Radio Trujillo, la 1280, que saluda a su audiencia y la despide con
las notas del vals Conticinio.
En Viena la ciudad cultural, musical y
política de Austria en la segunda parte del siglo XIX un vals y un compositor
refrescaron su historia. “La estrella es un hijo de esa ciudad, de espíritu
risueño y alegre hasta más no poder: Johann Strauss II”. Con el
Danubio Azul generó música que se quedó en lo clásico, pero transcendiendo a lo
popular por primera vez. En el repertorio de don Laudelino llegó una canción
para quedarse e integrar en el arte musical venezolano clásico y popular. Dice
el profesor Medina: “Es la identificación sentimental de los trujillanos,
producto de la inmovilidad de los sueños”.
En Glosario a Laudelino podemos apreciar
pasajes como estos: “Músico que veía notas en el cielo. No queda otra alternativa
que solicitarle silencio a su propio corazón. Se enferma el alma cuando se
abandona el terruño. Canto al heroísmo. La semilla dulce que se siembra en el
cuerpo”. Son construcciones literarias aristocráticas con similitud a
algunos pasajes del Cantar de los Cantares de Salomón, o de Rayuela de
Cortázar, un sentido de pertenencia de Mi infancia y mi pueblo de Briceño
Iragorry.
Trujillo la ciudad viajera, la ciudad
movediza, la ciudad pacífica y la portátil. En ella convive un manojo de
historias, un vals cariñoso y espléndido, a otros como: Morir es nacer. Como
llora una estrella, de Conde a principal, Luna de Margarita de los maestros:
Andrade, Carrillo, Romero y Díaz. Además una patrona, Mana Juana en la
narrativa y hoy un hidalgo de la palabra, renovador del tiempo, buscador de
historia diminuta autor de este glosario, que invito a recorrer con las notas
acompasadas del maestro Mejías en la tierra de un pueblo que aún le falta
tiempo para descubrirse.
Pedro Frailan
***Advertencia: ésta publicación cuenta con derechos de Autor © ALÍ MEDINA MACHADO***
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